La belga Alison Van Uytvanck es una de las 50 mejores tenistas del mundo pero quizás su nombre suene más por haber confesado ser lesbiana. Esto lo decimos con pena porque su tenis es el que debe brillar en las noticias y no las opiniones de otras personas.
«Tenía 15 o 16 años y comencé a sentirme atraída por las mujeres. Eso me generó problemas con otras tenistas, que me intimidaban y acosaban. A las jóvenes del momento les digo que no tengan miedo y que no duden en hablar con total libertad de este asunto. Esto no es ninguna enfermedad», asevera la belga en una entrevista para Blick, donde critica la actitud de Margaret Court en un tema en el que llegó a calificar como «obra del demonio» a las personas transgénero.
«Lo que dijo hizo daño a mucha gente, no se pueden decir esas cosas», desvela una Van Uytvanck que puede erigirse en punta de lanza de un movimiento de lucha LGTB en el tenis. Y es que no ha habido muchas jugadoras que hayan hablado abiertamente de su homosexualidad, salvo casos aislados como el de Johanna Larsson. Con el fin de normalizar la situación, la belga reconoció mantener una relación con Greet Minnen, jugadora belga de 20 años.
Así de contundente se mostraba Alison Van Uytvanck. «No tengo por qué esconder nada. Somos felices y pronto vamos a vivir juntas. Nadie debe tener miedo o justificarse por su orientación sexual. Somos muy abiertas y mis padres están orgullosos de mí. Es importante sentirse apoyada para poder ser feliz», desvela una mujer que ocupa el puesto 50 del ranking WTA y cuyo tenis es realmente competitivo allá donde va. Podrá seguir batallando en pista con el orgullo de haber inspirado a muchas personas con su naturalidad y honestidad.
Nadie debe tener miedo o justificarse por sus gustos hacia otra persona». .
