Además de los campeones en caballeros, el circuito WTA tuvo dos torneos sobre césped que tuvo como protagonistas a jóvenes jugadoas que siguen firmes en su evolución se preparan para dar el salto en los grandes torneos.
Hablamos de la australiana Ashleigh Barty y la serba Aleksandra Krunic, campeonas en Hertogenbosch y Nottinghan respectivamente. Barty, de 22 años y campeona con solo 15 de Wimbledon juniors, derrotó en el encuentro decisivo a la local Johanna Konta en Nottingham.
fue por 6-3 3-6 6-4 en un partido con tramite muy cambiante. Nueva frustración para la británica que el año pasado había cedido en la final ante Donna Vekic. Es el segundo título en la carrera de la australiana, ya que en 2017 ganó en Kuala Lumpur.
Barty en el año 2014 había abandonado la práctica profesional del tenis para dedicarse (también en forma profesional) al cricket en la liga de su país, cosa que hizo durante 2015. En 2016 volvió al tenis y para su suerte ya está entre las 16 mejores tenistas del planeta.
En tanto que en Hertogenbosch, Aleksandra Krunic derrotó a la siempre complicada belga Kirsten Flipkens por 6-7 7-5 7-1 para capturar su primero título WTA a los 25 años. Flipkens, toda una especialista sobre césped, planteó un gran partido en los dos primeros sets, pero en el parcial definitivo pareció sentir cansancio y frustración por no haber podido cerrar el partido en su favor.
Esta semana, la actividad para las chicas seguirá en Birmingham y Mallorca.Barty jugará en el primer torneo (espera por una jugadora surgida de la clasificación), mientras que Krunic enfrentará a la experimentada Victoria Azarenke en la isla española.
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