La obtención de la medalla de oro en unos Juegos Olímpicos estuvo cerca de costarle el retiro a la puertorriqueña Mónica Puig. Así lo declaró la actual número 53 del mundo, quien admitió que no fue fácil vivir con esa presión: “Hoy en día he tenido mis momentos de si debo continuar, de pensar que esto no es posible, de me siento mal, de siento que no quiero hacer esto más, porque hay mucha negatividad en mi grupo».
«Entonces, paro a pensar y digo: Pero he llegado hasta acá creyendo en mí, en mi talento, en todo lo que me hace Mónica Puig. Y si abandono ahora, no estoy siendo fuerte ni honesta conmigo misma ni con toda la gente que me sigue», añadió la boricua.
A sus 25 años, Puig comentó que llegar al éxito tan rápido le “afectó mucho, porque después de algo tan grande, ahí es cuando uno necesita el apoyo, porque la vida te cambia de una manera drástica, y no fue hasta que cumplí 25 años que dije que estaba lista para madurar.
Eso me pasó a los 22 años y yo era muy joven. No sabía nada, no me esperaba nada. Llegué a Puerto Rico y todo era abrumador. No pude manejar las presiones y fue un año horrible». Pero a Mónica siempre la impulsó el apoyo de su familia: «Ahí es donde uno se tiene que apoyar de la familia, en los verdaderos amigos, porque obviamente cuando haces bien, mucha gente quiere ser tu amigo, pero cuando las cosas están mal, nadie está para ti.
Hoy en día siento que estoy más cómoda, más segura de mí misma. Aunque aún lloro, me entiendo mejor”.
